¿y el alpinismo?

Mucho tiempo sin tocar roca, mucho tiempo sin sentir el frío del hielo en contacto con mis rodillas, sin esa fría brisa que te deja la cara cuarteada...
Ayer me subí al tejado de mi casa a arreglar las tejas y me puese el arnés, le quite el polvo y en el momento de meter una pierna sentí un vacío muy conocido, como si de la llamada de algún dios fuese, algo me hizo pensar que llevaba mucho tiempo viviendo rodeado de todo aquello de lo que siempre había huido, el ladrillo, la mundanal humanidad, la que me asfixiaba día tras día y que ahora pasa desapercibida ante mi, pero al encordarme para reparar el tejado y notar un suave vientecillo, algo así como una especie de brisa libertina, me di cuenta de que he dejado mi esencia al margen de mi vida, que la angustía que antes me mataba por no poder huir de la gente ahora me daba igual.
cuando terminé, no sé bien cómo me entraron ganas de volver a subir, de volver a notar esa brisa, mi naturaleza sigue dentro de mi corazón, no he desaparecido, simplemente me encuentro agazapado entre la gente, intentando pasar desapercibido ante las miradas de la masa.
Y he aquí la controversia, mi alma y mi ser desean subir, notar el sabor a sangre en los agotados pulmones, el frenetico latir de un corazón exprimido y un higado tan apretado como los puños por ir más rapido, más alto, más, más, más..... el frío está llegando, la montaña me llama, pero mi corazón no me deja ir, mi corazón no está de mi parte.
¿que tengo que hacer?
Sé que lo necesito más que el respirar, pero no hay tiempo, no, el ladrillo me tiene atrapado junto a esta masa de insanos personajes, humanoides que no lloran, pués no han provado el sabor de lo divino y no tienen nada que añorar, nada excepto su cemento, su ruido y sus pestilentes ladrillos.
Necesito notar el frío, el temblor de mi cuerpo nervioso ante lo desconocido, el miedo al no regresar, el extasis de la cima, el cansancio que como pesadas cadenas arrastras, luchando contra todo para dejar un pedacito de ti en ese lugar y caer desplomado al suelo al volver a la tienda de campaña y ver que sigues vivo y has tocado algo que nadie más podrá encontrar.

R.I.P a un alpinísta muerto en la ciudad. Intentaré resucitar, no sé cómo pero lo haré.
Ganesh,... nos vemos allí arriba...